Mi papá se fue al campo hoy de fin de semana. Imaginé todo menos que al
irse me pondría a llorar.
Hace semanas que no hablo con él. Solo a veces, discutimos. ¡Y es muy
duro! Se fue y no pude ni despedirme de él. Luego entré a su cuarto y empecé a
llorar. Es horrible. Ver todas sus
cosas, pensar en todo lo que le hace falta, en todo lo que necesita un toque de
su hija. Él se pone tan feliz cuando le hago regalos! Le encantan los detalles.
A veces quisiera ser buena hija con él, pero es que es bien difícil.
Tener un papá que te humilla, que te insulta, que discrimina por ser mujer, que
golpea a tu mamá, que rompe cosas. Es muy difícil. Toda mi vida ha sido un
vaivén con él. A veces está bien y de repente sale con una de esas. No es que
quiera gritar, pero es que tengo que defenderme. Y sobre todo tengo que cuidar
a mi madre. Y ya no le quiero hablar.
Siempre que pasa una de esas decido que lo sacaré de mi vida, que no lo
necesito, que no voy a encariñarme de nuevo. Pero luego empiezo a extrañar
tener un papá. ¡Dios! ¿Por qué no pude tener un papá normal? ¿Por qué no pude
tener una familia normal? ¿Por qué siempre tiene que ser tan doloroso todo? ¡Es
horrible! No quiero vivir con este estigma.
Creo que en realidad fuera mejor si no viviera con nosotros. Quizás
hasta nos llegáramos mejor. Porque algunas cosas de lejos se llevan mejor. Quiero darle amor, pero entonces me expongo a
que me lastime de nuevo.
No sé que voy a hacer.
Holaa,
ResponderEliminarno sé si esto te ocurre a ti o es solo algo que se te ha ocurrido pero de todas maneras, aunque es duro, una persona que te humilla, y que agrede física y psicológicamente a ti y a tus seres queridos es mejor lejos, aunque sea tu padre.
Besos, Amanda.