Hoy fue uno de esos días en los
que al detenerme frente al closet para elegir que ropa usar dije: quiero verme
linda. Como siempre, me probé algunas mil combinaciones, bueno quizás no tantas. Quedé con una blusa marrón algo suelta con
cuello tortuga, mangas hasta antes del codo con unos pantalones rosa ceñidos al cuerpo y mis tenis. Al sentarme frente al gabetero me dije: "hoy no
hay tiempo para maquillarme", pero terminé haciéndolo pues sentí que era necesario
para completar mi outfit. Sombras mate, colorete, lápiz negro y marrón, todo
muy natural. Hice mi moña a un lado y me recogí el pelo en una colita alta
hacia atrás. Estaba lista.
Bazuca y bolso al hombro, regla
T en la otra mano, salí para la universidad. Unos cuantos me dijeron que
estaba linda (fue así toda la semana) y no sé, eso como que me hizo sonreír. Pero lo que más ha llamado mi atención es que varios me han dicho
que soy ñoñita, que yo hablo así como muñeca, que se nota que me añoñan mucho
en mi casa. Es verdad, no lo niego, es cierto y me gusta, ¡me gusta!
Que otros apreciaran mi belleza me hizo sentir muy bien, en especial porque a veces no me siento tan linda. No soy ni la sombra de gente como las modelos o las reinas de belleza, a veces ni siquiera estoy bien vestida, peinada o arreglada, y justo entonces viene alguien y me dice algo bonito. No puedo evitar sorprenderme tanto que llego a sonrojarme..
Es muy fácil notar cuando a un
hombre le llamas la atención. Lo sabes por la forma en que te mira, cuando
empieza a interesarse en detalles de tu vida. Pregunta cuál es tu nombre, tu
número, que si tienes novio… un par de halagos y ya tu oído está dulce. Lo cierto
es que aunque él no te guste, te agrada gustarle a él, empiezas a sentirte
linda y a sonreír. Luego no sabes qué hacer, te pones nerviosa y te vas pero pronto
descubres que es para pensar en él, en eso que pasó. Dices “wao, ¿será cierto que soy tan bonita?” y todo tu día se alegra.
Es fantástico. Caminas a tu
clase y sonríes a todos por el camino. Tienes una práctica-examen y todo te va
viento en popa. Vas a comer y terminas comiendo con alguien más. Entras a una
tienda y vas directo al mostrador confiado de que ese apuesto chico te va a
atender muy bien. Te sientes linda, y por tanto segura.
Personas que aprecias te hacen
dulces halagos, sin siquiera imaginarse el poder que tienen en ti sus palabras. Te levantan el ánimo en tan solo segundos. Aliméntate
sanamente. Opiniones de otros pueden elevar tu amor por las nubes o bajarlo hasta
el suelo, todo va a depender de ti.
Es asombroso como el sentirnos
bellos influye en nuestra autoestima. Puede que no seas la más bonita pero es
súper importante que te aprecies y que confíes en ti misma. Nunca debes
sentirte menos. Eres tan hermosa como cualquier otra o más. Eres linda, amable
e inteligente y puedes hacer todo lo que te propongas, empieza por sentir que
puedes lograrlo. No te cohíbas, no te rezagues, disfruta al máximo de todo tu
ser.
Pam ツ