Acabo de terminar “The
Hunger Games”. Lo leí en dos noches, estaba realmente enganchada. Debí estarlo
para leérmelo en pdf. Es la primera vez que logro hacerlo, no se me da eso de
leer en la computadora. Es incómodo.
Aún así “The Hunger
Games” merece la pena, toda la pena del mundo, incluidos dolores en el cuello.
Nada que una buena siesta no pueda reparar. Pero no puedo dormir, no después de
tanta emoción.
Lamenté no haberlo leído
en casa, para tweetear todo lo que se me venía a la cabeza en momentos de
exasperación, como cuando… Oops! No debo decir nada (puede que algunos no hayan
leído aún, no quiero guarles el trago).
Pero algunas cosas sí
puedo decirlas: Amé a Peeta. Lo amé, desde el fondo. Es la clase de chico bueno
que se hace adorar. ¡Ammy Ovalles te entiendo! Necesito un Peeta en mi vida
right now!
El final fue… Aish!
Verdad, que no debo contarlo. No es el mejor libro que he leído pero… Me gustó.
Suzanne Collins es buena escritora. Me agrada.
A decir verdad, me
gustaría ser escritora. Tengo imaginación y escribir se me da muy bien. Siempre
he escrito. Cuando era pequeña escribía cuentos y componía canciones. A veces
también poemas, pero eso es lo que menos he hecho. Me estresa eso de la
métrica, pero admiro la belleza de algunos versas, Neruda por ejemplo. Mami lo
ama… y Pedro Mir, ¡su verso es libre pero tan sentido! Me hace llorar.
Luego empecé a escribir
fanfics, acabando en originales. También he escrito diarios e informes,
acabando en éste blog, que en enero cumplirá un año.
Recuerdo en clases de
Letras II cuando leía una composición en que expresaba que no sé (o sabía,
ahora lo tengo más claro) qué hacer con mi vida y mi maestra, luego de
alarmarse por mi indecisión a esta altura de juego, me sugirió que fuera
escritora. Cuando era niña, esa era una de las cosas que decía que iba a ser
(por aquellos días, cuando conocí a García Márquez, aunque ya no es mi fav).
Ahora lo pienso otra vez. Es decir, nada me impide serlo. Es algo que siempre
he hecho, aún paralelo con mi carrera. Mi imaginación, mi vida, las
experiencias del día a día… Siempre tengo en qué inspirarme Aunque no me
esfuerce. El mundo está ahí. Las ideas surgen en mi cabeza con solo despertar,
e incluso durmiendo.
¿Entonces por qué no? Lo
voy a intentar. Por primera vez, siento plena confianza de ser grande en algo,
algo cómodo y placentero para mí, ¡pues se me da fenomenal! De verdad, creo que
podría llegar a ser grande.
Voy a poner mi confianza
en mí. Nunca me rindo sin intentarlo. Dejaré que me invada esa cursilería de
Naruto –ese es mi camino ninja– y desarrollaré cada idea que me venga a la
cabeza. Después de todo, no tengo nada que perder.
Veré la película hoy y
luego empezaré a leer “Catching Fire”. Debo leerla antes del jueves porque
quizás la vea en el cine. ¡Les recomiendo que lean y vean las pelis también!
Un abrazo.
Pam